Ser de Vox es guay



Artículo de Nuria Alabao publicado en CTXT, sobre el rechazo al feminismo que muestran algunos adolescentes. Se puede leer entero aquí.
 
A continuación, algunos fragmentos.

 
FRAGMENTOS:

Los chavales pueden identificar esas posiciones antifeministas como transgresoras porque muchas veces, como explica Herrero, el feminismo que perciben en los medios o las redes es uno que a menudo se expresa como verdades morales indiscutibles y que puede ser también extremadamente culpabilizador. Otros feminismos más abiertos y transformadores no tienen tanto espacio en el mainstream.

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Lo primero y más evidente para ayudar a desactivar estas posiciones es evitar la censura moral o señalar temas como “no debatibles”. Todos los espacios, pero sobre todo las escuelas, deberían ser lugares donde se pueda hablar de cualquier tema –con respeto–. Espacio seguro es aquel donde se pueden expresar dudas, equivocarse y aprender. Porque si el feminismo se impone como un dogma quizás consigamos que los chicos –o incluso chicas– digan lo que creen que “está bien”, pero que sigan pensando de manera diferente y expresándolo así en sitios privados. Individualizar el problema mediante la culpa supone, además, perder de vista el verdadero problema de carácter estructural. En este sentido, el discurso de los privilegios puede ser profundamente despolitizador además de que aplana las condiciones de vida absolutamente dispares de los chavales. El motor del cambio social no puede ser la culpa sino la responsabilidad y el compromiso.

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Por tanto, el feminismo no es un corpus moral y no debería funcionar como una religión, sino que tiene que ser un proyecto de cambio compartido por hombres y mujeres que se construya colectivamente y de forma antiautoritaria.

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