SCUM: Un cáncer a extirpar en el movimiento feminista
"SCUM: Un cáncer a extirpar en el movimiento feminista", artículo publicado en el blog "Cuestionando la filosofía SCUM".
A continuación, el artículo íntegro.
ARTÍCULO:
“El perro conduce al amo, cuando en realidad, de no ser un marica travestí, lo más aceptable para el hombre es postrarse delante de la mujer, como un esclavo. Los hombres racionales desean ser aplastados, pisoteados, exterminados y masticados, tratados como lo que son, perros mugrientos, y confirmar así su ser repulsivo.”.
Manifiesto SCUM, Valerie Solanas
LOS HECHOS
Laboratorio Malaka, conocido por la realización del documental “Sólo te he dicho guapa” (Reflexiones sobre el acoso callejero), realizó unos eventos denominados “Mala Cabaret”, que tuvieron diversas ediciones durante los meses de abril y mayo del presente año. En estos eventos participó mi ex-novia como organizadora, persona con la cual viví una situación de violencia doméstica. Fui informado de este ciclo de eventos artísticos a posteriori por una persona de confianza. Manifesté mi malestar a una de las integrantes de Laboratorio Malaka, D., amiga de mi ex-novia -y en el pasado amiga mía también-, debido a que consideraba que una persona que había ejercido el maltrato psicológico no debía encabezar, a mi entender, eventos con tintes feministas (directamente suponía un insulto o broma de mal gusto, para qué engañarme, aunque estas no fueron mis palabras en aquel momento). Esta persona alegó desconocimiento de la situación, aunque yo sabía de primera mano que estaba suficientemente bien informada al respecto. ¿Por qué?. Mi ex-novia y ella eran amigas íntimas, llegándome en el pasado –antes de la ruptura- detalles de las conversaciones por parte de la primera.
Tras mostrarle una conversación que evidenciaba sus mentiras, la confusión de D. fue máxima; había incurrido en varias contradicciones que confirmaron aún más lo que ya sabía de antemano. Fue ridículo ver cómo alegaba desconocimiento (“sé de la relación pero no de los problemas” decía al principio; “yo jamás pensé que te haría revivir cosas”, decía en última instancia), pretendía limpiarse las manos (“si tienes un problema con tu ex, te recomiendo que lo soluciones con ella…”) o manifestaba que estaba siendo atacada (“está claro que el problema es con ella y lo estás pagando conmigo… y con mi proyecto que me ha costado mucho esfuerzo y trabajo tirar adelante”). Para resumir, aquello que se dice de “lo personal es político”, no valía en este particular. La conversación que mantuve con esta persona fue tan sumamente hipócrita que me he decidido a hacerlo público, porque siento que me están tomando por imbécil, y que se ha hecho burla de mi situación personal. También lo hago porque no quiero que se vuelvan a repetir más este tipo de situaciones.
Esta persona frecuenta el ambiente de la página Locas del Coño (1), donde ha publicado, y página en la que se ha difundido su documental. Desconocía esta página hasta hace unos pocos meses, pero leyéndola he acabado de entender por qué se producen –y se intentan silenciar- este tipo de situaciones. La “nueva” tendencia que representa ésta y otras páginas similares califica a los hombres como opresores, es decir, no juzga los actos de ciertos individuos sino que estigmatiza su condición. Resulta que el enemigo ya no es el machismo, sino el hombre; y tenemos que aplaudir la ocurrencia, sino queremos ser tachados de “machirulos”. En un ambiente donde se promueve la guerra de géneros, es inevitable que a una mujer se le disculpe todo (en este caso, el maltrato), puesto que se la considera dentro de un bando. Tristemente muchas compañeras – y compañeros – se han dejado seducir por esta filosofía prefabricada sin más profundidad que el simple tópico, prejuicio o estereotipo. Las únicas ocasiones en que he intentado expresarme en este ambiente, se ha negado mi experiencia personal intentando “hacerme comprender” que algo así no podía suceder (que una mujer maltratara a un hombre).
LA FILOSOFÍA SCUM
Algunas de las misándricas de manual que he conocido –vinculadas, en ocasiones como la que describo, con ambientes supuestamente “alternativos”- elaboran estereotipos insultantes sobre los hombres, manifiestan cosas como “los hombres no valéis nada”/”sois todos unos inútiles”, e incluso traducen dichas expresiones en actos concretos de desprecio… pero tienen la desvergüenza de decir que es una forma de educar o hacer pedagogía. He acabado hasta las narices –mi experiencia personal ha ayudado bastante, para qué negarlo-, de esta “filosofía” estúpida plagada de anglicismos ridículos que parece propiamente salida de la novela 1984 de George Orwell, donde el Ministerio del Amor se prepara para la guerra. El término “mansplaining”, que en un inicio era un anglicismo que hacía referencia a cuando un hombre hablaba desde una actitud paternalista o condescendiente hacia una mujer, se ha convertido en un cajón de sastre para silenciar cualquier opinión proveniente de un hombre (o cuando quiere evidenciar una situación como la que describo). El hecho de pedir que te contesten educadamente cuando has sido respetuoso parece ser un caso de “tone policing” –otro anglicismo que pretende designar una falacia lógica consistente en atacar un argumento por el tono en que se dice o la forma de presentarlo, pero que se utiliza como justificación para que puedan insultarte sin necesidad de argumentar.
No sólo había sufrido durante meses el maltrato psicológico, no sólo había tenido que soportar en silencio esta cuestión por vergüenza (sí, muy a mi pesar, si eres un hombre y pasas por una situación así, sólo obtienes burlas por parte principalmente de “compañeros”, o comentarios del tipo “algo habrías hecho”, incluso por parte de “compañeras” “feministas”), sino que ahora me encontraba con que trataba de ocultarse esta realidad y para colmo se me insultaba cuando trataba de expresar cómo me sentía. La página Locas del Coño es un ejemplo perfecto de esta nueva tendencia supuestamente “feminista”, que no es más que la corriente SCUM inaugurada por el panfleto de Valerie Solanas hace décadas. Me adelanto a la argumentación que me darán, diciéndome que el mencionado panfleto debe “ser leído como una sátira y no como un conjunto de propuestas programáticas como frecuentemente nos dan a entender desde el machismo que sólo entiende el sentido del humor en un único sentido, ese que te manda a fregar o a la cocina a la menor ocasión, ese que hace chistes sobre violaciones y violencia de género…” (2).
Esto es lo que nos dice uno de los personajes de esta página, una tal Jessica Fillol. Puedo contestarle que existimos hombres –sí, debe parecer imposible en su cosmovisión enfermiza- que no realizamos chistes sobre estas cuestiones, porque simplemente no tienen gracia para nosotros; nuestro sentido del humor no es tan limitado y tosco. Además, existe algo llamado respeto. No hay metáfora válida ni “hilarante sátira” en llamar a un hombre “animal subhumano”, “consolador ambulante”, o presentar un estereotipo en el que los hombres somos incapaces de sentir amor, amistad, afecto o ternura, que somos egocéntricos, carentes de conciencia moral o empatía, en consecuencia incapaces de cooperar. Y si en realidad no queríais ni queréis decir ciertas cosas, es sencillo; apuntad: NO LAS DIGÁIS. Quien se ríe del maltrato, sea un hombre o sea una mujer, no es nuestro compañero o compañera. A mí, concretamente, después de esta situación, que me vengáis con la historia de que me lo tengo que tomar con humor. ..
Solanas proclamaba que la única función del macho era producir esperma, y añaden en la página Locas del Coño (donde celebran el manifiesto): “Es indudable que Valérie aquí se equivocaba. Todas sabemos que los machos tienen otras muchas funciones útiles: colgar los cuadros, sacar la basura, abrir los botes de conservas…”. Por muy irónico que parezca el fragmento, esconde una realidad: la construcción de un estereotipo de lo que es ser hombre, de lo masculino. Pero no todo es realmente ironía, y podéis leer la página para daros cuenta de ello. Por ejemplo, parte del estereotipo que han formado presenta el siguiente cuadro: los hombres somos unos carnívoros desalmados que disfrutan con el sufrimiento animal: “la masculinidad patriarcal necesita comer animales”, “los machotes se hinchan a carne e irónicamente a leche materna de vaca” (3). Porque resulta que los hombres, como grandes aficionados a las barbacoas, somos los únicos que comemos carne, ya que comer carne es una cuestión masculina y machista (masculinidad y machismo son sinónimos en la nueva neolengua). Podéis buscar más estereotipos insultantes en la página; no tiene pérdida.
No resulta demasiado osado establecer paralelismos entre lo que se
expone en el Manifiesto SCUM y la violencia doméstica. “Para ayudar a
los hombres en esta tarea, SCUM organizará Sesiones Miérdicas durante
las cuales cada hombre presente pronunciará un discurso con la frase:
soy una mierda, una mierda miserable y abyecta, y acto seguido procederá
a enumerar los distintos aspectos de su mierdicidad.” ¿Cómo no ver en
este fragmento un ejemplo de maltrato psicológico tendente a
desvalorizar, humillar y anular a la otra persona, en este caso el
hombre? “No vales para nada, eres un inútil, me das asco, eres ridículo,
no sé que hace alguien como yo contigo…” – son algunas de las
expresiones utilizadas por las maltratadoras y que podrían inspirarse
sin duda alguna en este panfleto misándrico. La agresividad, apenas
disimulada, de las mujeres que se identifican con la filosofía SCUM
–todo me empuja a creer que algunas de ellas tomaron el panfleto de
forma literal-, prefigura un modelo de relaciones sociales entre hombres
y mujeres absolutamente tóxicas.
Si me van a tachar de machista por no reír este tipo de gracias, por intentar hacer pública una situación de maltrato que he vivido, o simplemente por este escrito, sinceramente me da igual. Creo que es bastante razonable –a pesar de que sea un hombre- pedir simplemente un poco de sentido común. Esto no es una maldita competición entre hombres y mujeres. Mi solidaridad es absoluta con todas las compañeras que han padecido una situación similar (o peor) a la mía. Y mi desprecio es total contra aquellas personas que hacen mofa de estas situaciones (sea mujer u hombre el que pasa por ellas). Preparáis futuras maltratadoras porque lo único que hacéis es intoxicar las relaciones entre hombres y mujeres. No aportáis nada a la emancipación de las mujeres. Las compañeras feministas debéis ser conscientes de la situación, que es de extremada urgencia extirpar el cáncer que están intentando extender dentro del movimiento, antes de que se produzca una metástasis, porque cada vez existen más clones de estos personajes, cuyas principales cabecillas, fieles representantes de este pseudofeminismo, describiré en el siguiente apartado.
DESENMASCARANDO A LAS “LOCAS DEL COÑO”
Las dos locas del coño más destacadas son Lidia Infante y Jessica Fillol (indico los nombres porque son personajes públicos; además, en cualquier caso, no son compañeras). La primera es la cara caricaturesca de esta tendencia, y la segunda es la cara hipócrita. Lidia Infante es una de esas personas, que como quien no quiere la cosa, está “siempre dispuesta a montar un comando SCUM” (4). Esta persona, que se introdujo en el feminismo “desde la vertiente pro-sex”, porque “quería follar mucho y con mucha gente y de muchas maneras”, o por su “Trastorno de Conducta Alimentaria” (5), que opina cosas tan sorprendentes como que el pole dance (baile de barra o barra americana) es el deporte más feminista (6), es toda una campeona de la igualdad. Sólo hay que echar un vistazo por ejemplo a su propuesta para el “reparto de tareas domésticas”, que es “uno de los rincones oscuros del machismo”. No tiene pérdida leer el sistema de reparto de tareas que le funciona a ella con su pareja. Lidia se encarga de “planificación y logística (¿), cocinar y planear comidas, y cuidar el gato (¡¡¡!!!)”, mientras que él se encarga de “limpiar la cocina, limpiar el baño, limpiar el suelo, sacar la basura, hacer la colada y poner el lavavajillas” (7). Es una gran apasionada de las generalizaciones sobre los hombres: “¿Harta de repetirle a los machirulos que #NotAllMen no es un argumento válido? ¿Cansada de decir que no odias a los hombres (aunque por dentro pienses que un poquito si)? ¿Tienes la boca seca de tanto explicar que los espacios no mixtos no discriminan a los hombres? ¡Te presentamos el pedaguicidio! El pedaguicidio es la pedagogía más dura. Educando y castigando en una fusión perfecta de bilis y cuidados. ¿Para qué perder la ocasión de decirle a un machirulo que es escoria? Díselo y explícale por qué, ¡dos pájaros de un tiro!” (8). Muy centrada y dialogante, la pobre chica. No sé qué opinaréis, pero a mí me parece propiamente un troll para desacreditar el feminismo.
Como todos deduciréis (o no, quizás no), la susodicha es “psicóloga”, y “profesional del márketing” (la mayoría de Locas del Coño son profesionales de márketing, no tiene pérdida). Resulta que, oye, estas chicas SCUM encuentran del todo lógico establecer generalizaciones insultantes sobre los hombres. Sabemos que generalizar sobre una determinada etnia o los habitantes de un determinado país (por ejemplo, “los rumanos son todos unos delincuentes”) o hacer lo propio sobre una determinada religión (por ejemplo, “todos los musulmanes son terroristas”) es un prejuicio o tópico sin fundamento alguno, un caso de racismo o xenofobia. Pero tenemos que aceptar, a riesgo de ser acusados de machistas, que los hombres somos todo tipo de cosas, porque generalizar sobre los hombres es lo más natural del mundo, en entornos progresistas y alternativos, donde alzar la voz es de machirulos. ¿De verdad? ¿Cuántas neuronas os quedan en funcionamiento? ¿Existe alguien cuerdo en los movimientos alternativos o nos volvimos todos gilipollas?. Resulta que los hombres tenemos que cargar con el “pecado original” de nuestro sexo. Por lo menos alguna de las colaboradoras reconoce que “no todos los hombres son unos opresores”, aunque “el sistema les ha educado para que tengan predisposición a serlo” (9). Qué alivio, aunque bien pensado suena un poco a aquello de “no soy racista, pero…”.
Jessica Fillol, la otra destacada loca del coño, es una persona muy proclive a mandarnos a revisar nuestros privilegios, aunque debería revisar en primer lugar los suyos propios; por ejemplo, sus privilegios de clase. Resulta que Jessica trabajó para el PSOE como técnico administrativo hasta el año 2013. dedicándose a hacer SPAM político de la citada formación (10), también ha sido empresaria y se define como profesional del márketing. No obstante, entendemos que debido al fracaso en estos ámbitos, ahora ha decidido ganarse la vida con el feminismo, porque sí, parece que se gana la vida escribiendo sus artículos… y parece que también administrando una lista de 30 dominios porno (con nombres tan propios del porno alternativo feminista como “sexteenfacials.com” o “coprovideos.net”). Pero no os asustéis por esta última oscura cuestión: se encarga de aclararnos que las páginas no tienen contenido, y que únicamente gana 0,25 € por semana (11). No sabemos qué opinarán sus compañeras de publicación que recientemente criticaron el póster de la superheroína Wonder Woman por la cosificación de la mujer de la que se hacía gala en el mismo. Recientemente, marcharon de esta página dos locas del coño, y me pregunto si tendría algo que ver con Jessica… o con su abogado. Con buscar un poco por la red, podéis encontrar cosas de este personaje. Sea como sea, tiene narices que sea precisamente esta persona quien, desde una posición de superioridad moral, nos mande revisar nuestros privilegios.
Supongo que estas profesionales del márketing tienen clara su identidad laboral, porque Lidia Infante tiene claro que la “identidad adulta es la identidad laboral”, porque esto es lo que busca para ligar (sí, el artículo va de eso; aunque ya sabemos que la chica se metió en esto para “follar mucho y con muchas personas”) (12), obviando que la mayoría de trabajadores y trabajadoras españoles tienen contratos temporales y la precariedad laboral es apabullante, teniendo que trabajar un día como mozos/as de almacén, otro día como teleoperadores/as, y al siguiente como camareros/as. Un rancio clasismo que no debe sorprendernos. Jessica Fillol nos contaba durante el año 2009 “el secuestro a los trabajadores de la sede del PSC por 12 personas de la CNT porque NO se negocia el convenio colectivo de TMB” (13). Seguramente los sindicalistas no salieron muy bien parados de la valoración. No os sorprendáis, queridos/as lectores/as, en esta página se encargan de aclararnos que quieren a quieren a todas las feministas, incluso a las que odiarían de forma visceral, incluso quieren a “esa feminista ávida de poder y montada en el dólar, obsesionada con el balance de su empresa; porque, joder, sin ella igual no habría tantas mujeres en los consejos de dirección, y, aun así, siguen siendo poquísimas.”. (14).
A pesar del radicalismo verbal de las defensoras del manifiesto SCUM, en el ámbito político la mayoría son socialdemócratas (es fácil deducirlo, por mucho que nieguen sus simpatías: 15), que aspiran a colocar “mujeres en los consejos de dirección”, y a la “feminización” de la política, es decir, cambiar a hombres por mujeres. Supongo que la pérdida de derechos, los despidos improcedentes o el acoso en el trabajo se harán más soportables bajo una de estas feministas “ávidas de poder”. Supongo que los recortes en ámbitos como la sanidad o la educación o la corrupción dolerán menos bajo un gobierno liderado por una mujer. Eso debemos creer, y a eso se reduce su programa político. A estas “garzoners” declaradas, entusiastas de Podemos, Unidos Podemos, Barcelona En Comú –curiosamente, formación famosa por atacar a los trabajadores de TMB, como Jessica Fillol, desde sus cómodos sillones-, o cualquier otra sopa de letras, deberíamos recordarles la experiencia de Syriza en el gobierno griego. Pero esto ya sería otra cuestión, que daría para otro artículo.
Compañeras, no sé qué sacrificios estáis dispuestas a hacer en nombre de la “sororidad” (término inventado la también socialdemócrata Marcela Lagarde), pero, ¿son estas las formas y las compañeras de viaje que queréis?. Si es así, me encontraréis en la otra barricada.
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Sé que posturas similares a la mía son silenciadas con el calificativo de “machista” o con la amenaza de expulsión de determinados grupos/organizaciones (sí, surrealista, pero así es). Si habéis vivido experiencias similares, estáis de acuerdo con las cuestiones que se plantean en este artículo, o creéis que ha llegado el momento de organizar la oposición contra esta absurda tendencia, contactad con:
anti-scum@riseup.net
REFERENCIAS
(1) Página web de Locas del Coño: http://www.locasdelcoño.com/ Página de facebook: https://www.facebook.com/locarconio/?fref=ts
(2) Jessica Fillol (2015). Literatura feminazi: Manifiesto SCUM, de Valérie Solanas: http://www.locasdelcoño.com/2015/11/literatura-feminazi-manifiesto-scum-valerie-solanas/://www.jessicafillol.es/2015/11/literatura-feminazi-manifiesto-scum-de-valerie-solanas/ Podéis leer el manifiesto SCUM, por ejemplo en: http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v1/PDFS_1/POLIETICAS6_SCUMMANIFESTO.pdf
(3) http://www.locasdelcoño.com/2016/05/especismo-y-sexismo/.
(4) http://www.locasdelcoño.com/quienes-somos/ Aquí se describen las locas del coño
(5) http://www.locasdelcoño.com/2016/04/mirarme-con-ojos-de-hombre/ Que se erija en juez moral cuando estos son sus motivos para hacerse feminista –está bien follar, no me malinterpretéis-, pues qué queréis que os diga…
(6) http://www.xn--locasdelcoo-beb.com/2016/07/lidia-infante-10-motivos-feministas-para-hacer-pole-dance/ Sinceramente, me pregunto qué tendrá que ver el tocino con la velocidad.
(7) http://www.locasdelcoño.com/2015/11/guia-feminista-reparto-tareas-domesticas/
(8) http://www.locasdelcoño.com/2016/01/pedaguicidio-pedagogia-agresiva-a-machirulos/
(10) http://pratencs.cat/blog/author/jessicafillol/page/10/)
(11) http://www.jessicafillol.es/2016/02/el-dia-que-me-converti-en-la-madame-del-porno-online/
(12) http://www.locasdelcoño.com/2015/11/tinder-para-feministas/
(14) http://www.locasdelcoño.com/2016/06/que-es-el-feminismo-lo-que-piensa-el-feminismo/
(15) http://www.locasdelcoño.com/2015/12/cuando-feminismo-entra-politica
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